viernes, 7 de septiembre de 2012

Protege los Ojos de tus Hijos del Sol

No sólo la piel necesita estar protegida de las radiaciones ultravioletas del sol. Los ojos también están expuestos y hasta son más sensibles por lo que pueden sufrir daños y lesiones, tanto a corto como a largo plazo. De ahí la importancia de que uses lentes para el sol. Las radiaciones ultravioletas del sol son las responsables del cáncer de la piel, por eso es tan importante que uses protector solar, aun en invierno y nublado. Del mismo modo, los rayos ultravioletas pueden dañar los ojos y provocar problemas permanentes en la vista, tanto a corto como a largo plazo. A largo plazo, las radiaciones pueden provocar cataratas (cuando el cristalino se pone opaco y la vista se vuelve borrosa), degeneración macular relacionada con la edad (una de las principales causas de ceguera en las personas mayores), una enfermedad que se conoce como “ojo del surfista” y es un crecimiento de tejido anormal dentro del ojo, que causa ardor e irritación) y hasta se puede desarrollar cáncer ocular. Para proteger los ojos del sol debes usar lentes con protección contra los rayos ultravioletas A y B (UVA y UVB). Y tal como ocurre con el protector solar para la piel, también es importante que uses los lentes de sol en invierno, sobre todo si estás en lugares en donde hay nieve. Los niños también deben cuidarse. Al igual que los adultos, los niños y los adolescentes que estarán expuestos a las radiaciones durante muchas horas también necesitan proteger sus ojos, y aún más. Por ejemplo, el cristalino de un niño es casi transparente hasta los 10 o 12 años. Y en el caso de los menores de 12 meses, hay que evitar exponerlos directamente al sol. Además, es muy importante que recuerdes que los lentes no son para jugar. Muchas veces los padres compran lentes porque son coloridos o porque tienen la imagen de algún personaje de película entretenido, pero estos productos no brindan ninguna protección a la vista (por el contrario, la ponen en peligro) Para brindar una buena protección, los lentes deben llegar a los 400 nanómetros (esta es una medida que es la mil millonésima parte de un metro). Esto puede ser verificado (comprobado) fácilmente con un aparato llamado uviómetro (un aparato para medir las radiaciones ultravioletas). Si tienes dudas, pídele a optometrista o a tu oftalmólogo que corrobore si los de tus niños y los tuyos tienen la protección correcta. Además, los lentes para los niños deben tener un buen sistema que los sujete y deben estar fabricados con materiales resistentes, como las lentes de policarbonato que no se rompen. A la hora de elegirlos, recuerda que no es necesario que sean lentes caros pero sí que te den garantías de calidad y de que en verdad te protegerán contra los rayos ultravioleta (UV) de ambos tipos (A y B).

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